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Si piensas piensas que los productos importados de China no son de calidad es porque no  estas informado correctamente y no has llegado al lugar adecuado todavía….¿ Te parece interesante verdad? Sigue leyendo…

La calidad era uno de los puntos negativos de la manufactura china, los consumidores tachaban los productos chinos como productos “malos” de muy baja calidad, y eran pensamientos bien fundamentados la realidad es que los productos chinos dejaban mucho que desear. Eran productos realizados con materiales frágiles y en general con mala calidad. Sin embargo hoy la realidad es otra, si bien es cierto que persisten productos chinos con calidad muy baja, en general la industria china ha mejorado la calidad de sus procesos. La filosofía de las empresas internacionales y los estándares de calidad que someten en sus procesos enseñaron a los chinos a hacer mejor las cosas.

En la actualidad China está fabricando materiales de primera calidad. Pero en algunas ocasiones la losa que pesa sobre ellos de productos y baja calidad es mayor que los datos que confirman que cada día más China está abandonando la senda de la baja calidad, para convertirse en un mercado donde encontremos productos de primera calidad.

En los años 90 China fue un país muy buscado por los importadores por ofrecer unos precios de salida muy económicos, lo que estimulaba el crecimiento de producción masiva de productos de calidad baja, apenas controlada por parte de los que encargaban la mercancía. En ese período es cuando se ha creado y se ha forjado la opinión general de que los productos chinos son de mala calidad irremediablemente.

Hoy en día,sin embargo,  las fábricas chinas han logrado altos estándares de calidad: el 80% de sus fabricas cuentan con certificaciones tipo ISO, las compañías de gran prestigio etc. dan en outsourcing sus productos a los fabricantes chinos.

Proveedores chinos se han esforzado mucho para poder ofrecer su producción acorde a unos estándares mundiales de calidad. Muchas de las empresas de nombres mundialmente conocidos, de todos ámbitos – ya pasaron o están pasando su producción a las fábricas chinas. Allí imponen las tecnologías y procedimientos necesarios para conseguir la calidad necesaria de su producto.

Pero no es sólo eso, no sólo se impone la calidad de los productos chinos desde fuera. China está construyendo su propio sistema de calidad, certificado CCC entre otros. De hecho, los castigos recibidos por los responsables de los problemas de calidad con juguetes y la fórmula para lactantes, que todos recordamos como una pesadilla, han sido graves llegando a la pena de muerte y cadena perpetua.

Los propios proveedores chinos cada día más se integran en el mercado mundial con su propia producción original. Surgen las marcas chinas muy competitivas tanto en calidad y en prestaciones como en precio.

China definitivamente ya no sólo es una «realizadora de encargos», es una caldera herviente de ideas y ganas de triunfar donde nos está sorprendiendo cada día mas.

¿LA CALIDAD ES CARA?

Es interesante también observar las diferentes definiciones de calidad que tenemos las personas: podemos hablar de conceptos de fiabilidad, durabilidad, atención al cliente, materiales, prestaciones, etc. Pero al final descubrimos que todos estamos de acuerdo: la calidad se basa en tres ejes

Un producto debe por una parte: satisfacer las necesidades del cliente, por otra parte debe ser adecuado a su uso, es decir que no tenga defectos, y por último debe estar acompañado de un servicio al cliente adecuado en cuanto a la venta y postventa.

Conclusión??

La calidad no es cara.Producir con calidad resulta más eficaz y económico que producir sin calidad. Cuando hay que rehacer trabajos mal hechos, cuando tenemos inventarios excesivos, cuando nos equivocamos tramitando un pedido, cuando tenemos horas improductivas, cuando no estamos organizados, cuando perdemos materiales por productos defectuosos,… cuando tenemos todo esto, estamos perdiendo mucho dinero.

En ASCAMBUL trabajamos  internamente en los procesos y los productos, en los controles de calidad y en el trabajo bien hecho, estamos contribuyendo a reducir los tiempos y los costes, y con ello conseguimos ser más competitivos. Y esto se traduce en que tengamos más posibilidades de mantener nuestros clientes y ser los mejores en el mercado.